Punto de vista de Juan
Tenía que ser la hermana mayor.
La que no tenía defectos ni errores.
La que se haría cargo de la Mafia Morelli.
Dalma creía que me fui por Enzo. Pero no sabía el sufrimiento que tuve que soportar. Vivir bajo puentes, dormir en esa casa ruinosa con una gotera que nunca arreglaron. Ni siquiera preguntó por Alex, algo que agradecí. Recé para que nunca lo hiciera. Cuanto menos supiera de esa parte de mi vida, mejor. Era mejor enterrarla con los recuerdos de hombres que encontraron su fin demasiado pronto.
Me quedé mirando la puerta un buen rato antes de llamar, con el corazón acelerado al oír pasos que se acercaban. Cuando Enzo abrió, su rostro era indescifrable, pero la tensión entre nosotros era intensa.
"Violet", dijo en voz baja, haciéndose a un lado para dejarme entrar.
Entré con los nervios a flor de piel. Esto tenía que resolverse. El aire entre nosotros no podía permanecer tan denso para siempre. Al sentarme en el sofá, lo miré. "Tenemos que hablar".
Enzo ce