Capítulo 125
El aire de la mañana se llenó del suave arrullo de Amelia, y no pude evitar sonreír al ver a Enzo abrazarla, su mirada se suavizó de una forma que rara vez veía. Su expresión seria se desvanecía cada vez que la miraba, y eso me llenaba el corazón.
"La malcrías", bromeé, apoyándome en la encimera de la cocina con una taza de café en la mano.
Enzo sonrió. "Se lo merece". Levantó la vista, y su mirada juguetona se desvaneció cuando vibró su teléfono. Conocía esa mirada: seria. Y últimamente, seria significaba Ray.
"¿Qué pasa ahora?", pregunté, dejando el café.
Enzo leyó el mensaje, su expresión se ensombreció. "Ray está insistiendo. Hará público el contrato de gestación subrogada si no cedemos".
Me crucé de brazos. "Claro que sí". No era la primera vez que Ray intentaba sacar trapos sucios para presionarnos, pero ahora se sentía diferente. “Debe estar desesperado. Lo tenemos acorralado.”
Asintió, dejando a Amelia en su cuna antes de acercarse a mí. “Esta vez no es solo una a