Capítulo 124
Entré en el ático de Enzo. Las luces eran tenues y la ciudad brillaba tras los ventanales. No esperaba que llegara tan pronto. "Has vuelto temprano", dije, con la voz apenas por encima de un susurro.
Enzo, apoyado en la encimera de la cocina, levantó la vista y sus ojos se encontraron con los míos. La tensión entre nosotros era intensa, de esas que parecían a punto de estallar con una sola palabra. "Necesitaba despejarme", respondió con un tono frío, pero sus ojos delataban algo más profundo. Podía ver cómo me observaban, vacilantes, hambrientos.
Me mantuve firme, sabiendo perfectamente por qué estaba allí. "Tenemos que hablar de Ray Manchester". Su mirada se endureció. "Es una amenaza, Enzo. Si no…"
Acortó la distancia entre nosotros, agarrándome la muñeca. "¿Es esa la única razón por la que has venido?". Su aliento caliente me rozaba la oreja. "¿Para hablar de negocios?".
El corazón me latía con fuerza mientras intentaba concentrarme. “Esto no se trata de nosotros…”
Me