El aire en la fortaleza Vorlak se volvió casi irrespirable. La sombra ancestral, Arkan, se expandía por todo el salón, mezclando oscuridad líquida, ilusiones y energía ancestral pura. Cada piedra del suelo vibraba, cada columna parecía susurrar advertencias y cada sombra podía convertirse en un enemigo letal.
—Ciel… —dijo Ian, con los dientes apretados—. Esto ya no es un ataque normal. Está usando todo: ilusiones, manipulación mental, ataques físicos y trampas ancestrales.
—Lo sé —respondió Ciel, su sangre híbrida pulsando como un corazón de fuego y hielo al mismo tiempo—. Pero siento algo más… algo oculto dentro de mí que nunca antes había sentido.
Jordan observó atentamente, notando la luz carmesí y verde que emanaba de la híbrida:
—Entonces es hora de descubrirlo. Esta es la prueba final: no solo fuerza y estrategia, también control absoluto de tu poder híbrido.
De repente, Arkan extendió sus brazos etéreos y un torrente de ilusiones se derramó sobre ellos: versiones distorsionadas