La situación entre nosotros es bastante complicada, estoy consciente de que no será fácil convencerla de mi arrepentimiento, pero no estoy dispuesto a desistir hasta que lo haya intentado todo.
―Lamento haberte lastimado tanto, Abigaíl, lo digo de corazón ―sus ojos azul grisáceos se fijan sobre los míos―. Juro que voy a poner todo mi empeño para ganarme de nuevo tu confianza y fe en mí, solo te pido que me des una oportunidad, que me permitas demostrarte que, a pesar de todos mis errores, mi amor por ti es real.
No dice nada. Me mira por algunos segundos más y luego gira su cara para fijarla en la ventana y dar por terminada nuestra conversación. Bufo resignado. El teléfono suena en ese justo momento, estoy tentado a no responderlo, pero al ver el nombre del abogado de nuestra familia, tomo la llamada.
―Arévalo, un gusto saludarte.
Me devuelve el saludo y procede a explicarme lo que está aconteciendo.
―Samuel, acabo de llegar a la clínica ―me indica en medio del ruido de sirenas y