。 ٬٬⌠ Claudia ⌡‧₊˚
La mañana pasó tan rápido que por momentos sentí que perdería la cabeza. La alarma sonó a las cinco, despertando de inmediato a Venus, y desde entonces todo se volvió un torbellino: organizarnos para las reuniones, desayunar a prisa, revisar pendientes. Para cuando el reloj marcó las ocho, ya sentía el cansancio acumulado en mis hombros, como si el día hubiera avanzado mucho más de lo que en realidad era.
—Tenemos la primera reunión a las diez, luego otra a las dos de la tarde y la última a las seis —rectifiqué el itinerario, intentando sonar tranquila, aunque mi voz delataba el agotamiento. Una sonrisa se me escapó al ver a Venus juguetear con sus manitas, acariciándole el rostro a Connor justo cuando intentaba desayunar.