Rafael también era una persona empática, Así que pudo darse cuenta de que su reacción era más que una simple amistad, entonces añadió enseguida:
—Bueno, iré a ocuparme de la situación con Eva. Los dejaré solos para que hablen.
—Cuando terminó de hablar, agarró al decano, quien salía del aula, y se fueron juntos.
La universidad no era como la escuela secundaria y ni hablar en lo que respecta a citas; muchos de los estudiantes habían alcanzado la edad legal para casarse. La mayoría de ellos eran estudiantes de doctorado y posgrado en la universidad del distrito imperial, incluso los profesores los ayudaban en la búsqueda de pareja, por lo que Rafael y el decano no se sorprendieron e incluso colaboraron en crear oportunidades para que eso sucediera. En cambio, Belén se mostró incómoda al respecto, y con una expresión de desconcierto, preguntó:
—¿Por qué has venido? Le pedí a Amílcar…
Daniel se molestó al oír eso:
—¿Por qué puede venir él y no yo? — preguntó.
—No, no es eso