Capítulo 93.

No había dejado de intentarlo ni una sola vez. Desde que Calen me indicó cómo tenía que hacer para conectar con mi manada, eso se había vuelto una prioridad para mí.

No sé muy bien cómo pasó, pero conseguí conectarme con ellos: una calidez y un sinfín de susurros llenaban mi mente. Me concentré un poco más e intenté calmarme; eran muchas las voces que me exigían saber quién era. Respiré profundamente y, con los ojos cerrados, me dirigí a cada uno de ellos:

—Soy Every. Yo soy la hija perdida del rey del Sur... Paul, el que se hace llamar su rey, me tiene retenida junto a mi hijo en el palacio.

Después de decir la última palabra, en mi mente se hizo el silencio. Por un momento creí haber perdido la conexión. Pero nada más lejos de la realidad: unos segundos después, todo eran vítores y alegría en los corazones de los miembros de la manada. Y en ese justo momento sentí que yo pertenecía aquí, que este era mi lugar, junto a ellos.

Pocas horas después comenzaba a desatars