Capítulo 133.

Narrador omnisciente:

Desde el nacimiento de la niña, Every no había despertado. Su cuerpo respiraba, pero sus ojos permanecían cerrados y su rostro inmóvil. Calen no se había separado de ella ni un solo segundo. Dejó las reuniones, los entrenamientos, los asuntos de los reinos y cualquier otra obligación. Solo estaba junto a la cama, esperando algún cambio. Los médicos entraban y salían a cada hora, revisando los signos vitales, administrando medicinas y haciendo todo lo que estaba a su alcance, pero nada parecía funcionar.

El cuarto se mantenía en penumbra casi todo el tiempo. Calen se había acostumbrado a escuchar el sonido regular de su respiración y a vigilar cualquier alteración. Erika, Alexander y los guardias se encargaban del resto de la casa, mientras él se negaba a alejarse más de unos metros.

La niña había sido atendida por las nodrizas y por Erika. Calen la veía todos los días, pero siempre con una mezcla de preocupación y culpa. No podía disfrutar plen