Amy en unos minutos estaba dormida, creo que su cuerpo aun estaba bajo los efectos de algún sedante o algo por el estilo. Su cabello cayó sobre su rostro de forma desordenada y se lo quité con cuidado, acariciando su mejilla en el proceso.
Nadie podría entender lo que sentía en estos momentos, la tranquilidad y felicidad que se hallaba en mí era indescriptible.
Sentía mi corazón latir con más tranquilidad, mi pulso estaba estable y mi pecho ya no dolía. Es increíble el daño que le puede causar a un lobo que su compañera esté mal, a veces se siente como si Amy y yo fuésemos uno solo y pudiera adivinar todo lo que quiere, siente y piensa. Es una conexión que va más allá de lo que puedo explicar.
Y tal vez un poco tarde me he dado cuenta de cuanto ella vale, de todo lo que me hace sentir y de lo importante que es Amy en mi vida.
Cuand