Todos habían llegado al hospital puntuales, estaban ansiosos por saber los resultados, el ambiente estaba cargado de nerviosismo. Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad mientras miraban la puerta que conectaba con el laboratorio, esperando que el doctor apareciera con los resultados de las pruebas de compatibilidad.

Grecia tenía las manos entrelazadas junto a las de Luis Fernando, el cual estaba a su lado trasmitiendole dodo su amor y fuerza para que estuviera tranquila, aunque él también estaba nervioso y preocupado, su rostro reflejaba una mezcla de esperanza y ansiedad. Mónica se mantenía al borde de la silla, con los ojos fijos en la puerta, sintiendo que su corazón latía con fuerza. Guillermo, se encontraba sentado en el otro extremo de la sala, se sentía atrapado en una tormenta de pensamientos. Mercedes, siempre al pie del cañón, se encontraba allí para darle fuerzas a su amiga Grecia. La incertidumbre los consumía a todos.

—¿Crees que todo saldrá bien? —pregunt