Mundo ficciónIniciar sesiónCapítulo 14
El jueves en la tarde quedó atrás como si se hubiera cerrado una puerta pesada. El viernes amaneció con otro aire: nublado, húmedo, con ese olor a tierra mojada que deja la llovizna nocturna. No era un día cualquiera; en mi calendario mental, era el último antes de conocer mis resultados.En la oficina había una especie de corriente subterránea: todo el mundo parecía apurado, pero nadie lo decía. Carolina me pasó un correo a primera hora con el asunto en mayúsculas: “REVISIÓN MOORE – URGENTE”. Y como si no bastara, Daniel me citó a las 9:15 en la sala pequeña.—Trae lo que tengas del contrato —me dijo desde su escritorio, apenas llegué—. Vamos a necesitar pulso fino.Pulso fino. Lo pensé mientras acomodaba mis carpetas. Pulso fino me faltaba en la vida, pero en lo laboral había aprendido a fabricarlo aunque se me temblaran las rodillas.La reunión con DanielEntramos a la sala pequeña. Daniel llevaba la camisa arremangada y el gesto serio, pero no






