Capítulo 25.
Evelyn.
—Tranquilo, cielo— me acerco al pequeño que está en la esquina del salón repleto de telarañas—. No te haré daño. Solo quiero acercarme, ¿Puedo hacerlo?
Mueve la cabeza una sola vez. Le pido la chaqueta a Cry y me la pasa sin hacer movimientos bruscos pata no asustarlo. Camino a pasos lentos hasta que logro cubrir sus hombros delgados, calentando su cuerpo que se siente muy frío.
El repudio que siento por las escorias humanas que hacen este tipo de cosas me hace apretar mi estómago, mientras lo ayudo a ponerse de pie. Está descalzo, con los tobillos raspados y la nariz rota.
«Lo golpearon recientemente»
—¿Quieres agua?— vuelve a mover la cabeza y con el paso fuerte de Cryllend tiembla. Mi acompañante se disculpa y me entrega la botella con movimientos más suaves. Lo dejo que beba la que necesita y luego lo ayudo a caminar con pasos lentos—. ¿Solo es él?
—Cuando llegué sí— me contesta siendo más consciente de que puede asustarlo—. Pero hay señales de que fueron má