Al entrar a casa, mamá se encuentra sentada en la sala viendo televisión; la saludo y la veo algo seria; supongo que es porque estuve varios días sin llegar.

—¿Pasa algo? Está muy seria desde que llegué, ¿es porque me quedé en casa de Hugo?

—No, hija, no me molesta, aunque si te soy sincera, sí pienso que deberían ya definir esa situación; si lo que quieren es ya estar juntos, ¿por qué no se casan o definen si solo vivirán juntos?

—Pues no hemos tocado el tema como tal, pero creo que Hugo no tarda en pedirme que sea su esposa; me ha estado como mandando muchas señales, solo me preocupa dejarte sola.

—Nada de eso, tú tienes que hacer tu vida y a mí no me pasará nada, así que por eso no te detengas.

—¿Y si le digo a Hugo que te vengas con nosotros?

—No, ni loca, aparte ustedes van iniciando su vida, ¿qué haría una vieja como yo ahí de metiche? No, no, yo voy a estar bien y tu hermana está cerca; si ocupo algo, le llamo.

—Pero Laura, con sus hijos apenas si le da tiempo, me preocupa