Estaban en la casa de los padres de Bruno, reunidos con el resto de su familia, no eran un gran clan, pero estaban más o menos unidos.
A las 12 de la noche llegó Papá Noel, repartiendo infinidad de juguetes para Camila y para los hijos de los otros primos de su padre, ya que primos directos, la niña no tenía.
Un rato después, Camila lloraba desconsolada.
Todos lo atribuyeron a que extrañaba a su madre, la extrañaba sí y mucho, pero también extrañaba a su maestra, que para ella era mucho más que eso.
Se sentía doblemente abandonada.
-Quiero ver a Mora.
Sollozó y su padre no sabía cómo consolarla, no le podía pedir nada a Mora.
-Papá Noel no me trajo lo que le pedí.
-¿Qué juguete querés? Te lo compro.
-No quiero un juguete, quiero que Mora sea tu novia y que también sea mi segunda mamá.
Todos hicieron un silencio casi absoluto y miraron a Piero.
-Cami, si es la novia de tu papi, él la va a besar y…
-Sí tía, ya lo sé, pero papi está solo y Mora es muy linda y ella me besa a mí, siempre y