Sofía entró a un cuarto en donde se guardaba la ropa de cama para la gente que necesita internación.
No podía más con su genio, tenía mucha bronca, Bruno estaba casado y tenía hijos, tenía que reconocer que esa elegante y alta mujer, era linda, a pesar de que aparentaba haber pasado por varios años los 30.
Se abrió la puerta de ese cuarto y ella se escondió detrás de un mueble, aunque sobresalían sus zapatos, el guardaespaldas salió discretamente, pero le avisó a Bruno, quién unos segundos después entró a ese cuarto y la encontró llorando, él no sabía a ciencia cierta porqué.
Aunque la discusión con su hermana y su prima, más todo lo vivido, era motivo suficiente.
-Bebita, cielo, yo estoy acá.
-¡Andate! ¡Te odio!
Bruno no entendía qué sucedía.
-¿Qué sucede?
-¡Sos un caradura! ¡Pasaste la noche conmigo y estás casado!
-¿Casado?
-¿Es tu novia?
Bruno no recordaba a ninguna mujer que se le pudiera haber acercado como para que ella piense eso.
-¿De qué hablás?
-Sos un falso, te reís de mí.