Alina
La noche todavía es densa cuando me incorporo en la cama, con la respiración entrecortada. Damon duerme a mi lado, su brazo rodeando mi cintura, su cuerpo poderoso pegado al mío. Pero siento esa sombra en el aire, una presión sorda que se infiltra en mis venas.
Kieran.
Salgo lentamente de la cama, cuidando de no despertar a Damon. Mis pies descalzos tocan el suelo helado. Me dirijo hacia la ventana, apartando la cortina. La luna está llena, una luz pálida reflejándose en los árboles negros del bosque.
Él está ahí.
Una silueta oscura se encuentra al borde del bosque. Ojos rojos brillan en la oscuridad, fijos directamente en mí.
— ¿Vas a quedarte escondido toda la noche? susurro.
Él esboza una sonrisa. Con un simple movimiento, se funde en la sombra, reapareciendo a unos metros más cerca de la casa.
— Eres más poderosa de lo que pensaba, dice suavemente.
Siento un calor subir por mi pecho, una pulsación entre la luz y la sombra.
— No te dejaré atraparme.
— Es