Mientras José Manuel intentaba concentrarse de nuevo, su teléfono vibró sobre el escritorio. Al ver el nombre en la pantalla, se enderezó de inmediato: “Alejandro Salazar”. No era común que el propio Alejandro lo llamara directamente. Con un nudo en el estómago, deslizó el dedo para responder.
—Buenas noches, señor Salazar —dijo, tratando de sonar profesional.
—José Manuel —respondió Alejandro, con una voz calmada pero firme—. Espero no molestarte a esta hora.
—Para nada, señor. ¿En qué puedo ayudarle?
—Estoy revisando las propuestas preliminares para el concurso, y quería saber cómo va tu proyecto. Sé que tienes un historial impresionante, y confío en que estás preparando algo extraordinario.
José Manuel tragó saliva. No podía admitir que estaba atascado, que los recuerdos de Eliana lo distraían constantemente.
—Estoy trabajando en algo prometedor —dijo, eligiendo sus palabras con cuidado—. Un sistema que combina inteligencia artificial y automatización para optimizar procesos indust