—Buscaremos en internet un caro vestido de diseñador para ti, Lini —dijo Prissy con una sonrisa, sacando de su mochila su laptop, y comenzando a buscar en tiendas online—. Quizás hasta encontremos uno de más de veinte mil, si es de un buen diseñador, y pueden quedarse con el resto.
—G-genial, eso sería útil, aunque no sé dónde guardaría el dinero… —contestó Ameline, algo nerviosa.
La última vez que escondió dinero y cosas de valor, Bianca le robó todo y por su culpa acabó secuestrada en esa situación horrible.
—Yo puedo guardarlo por ti, o supongo que es mejor seguir el consejo de mi padre: guardar el dinero comprando activos. Puedes comprarte un auto y dejarlo en un deposito para que lo cuiden hasta que salgas.
—Oh. —Ameline parpadeó lentamente—. Eso es… muy útil, sí…
—Mira. —Prissy la jaló para que se sentara más cerca de ella y le empezó a mostrar los caros vestidos de diseñadores extranjeros—. Este vestido plateado con lentejuelas de diamantes cuesta quince mil dólares, es u