Seth observó a la hermosa mujer desmayada en sus brazos.

Mujer que todavía no le decía su nombre…

Chasqueó la lengua y comenzó a subir las escaleras, cargando a esa ladrona traicionera y seductora hasta llevarla al área de enfermería donde la enfermera lo miró con horror.

—Yo no le hice nada —aclaró con fastidio—. Su celda era un desastre, destrozos por todas partes, comida pudriéndose, creo que ella misma tiró su comida y su agua, tiene la piel seca, labios secos, está más delgada, debe estar mal hidratada y mal nutrida, dale alguna solución intravenosa o algo y revisa si tiene alguna enfermedad que requiera tu atención o medicamentos, creo que no tiene fiebre, pero examínala bien —ordenó.

—Sí, señor —murmuró con rabia, viéndose como si creyera que él la había golpeado o algo para desmayarla.

Tsk, definitivamente tenía que contratar a otra enfermera, pero su madre quería a esta idiota, así que debía esperar a que se fuera a algún viaje largo así podía despedirla tranquilo sin su