Capítulo 67. La rechacé
Elvira no deja de temblar. Sus manos están frías, su mirada aterrada y su voz apenas contenida revelan el pánico que se apodera de su cuerpo.
—Kael… ¿qué significa esto? ¿Dónde está Aria?
El alfa padre intenta sostenerla del brazo, pero ella se zafa con brusquedad. Sus ojos, usualmente serenos, ahora brillan con rabia contenida y desesperación.
—¡Habla de una vez! —grita, dando un paso hacia Kael—. ¿Qué hacía mi hermana en el bosque contigo anoche? ¿Qué sabe Nala que nosotros no sabemos?
Esteban se adelanta y la toma por los hombros, acercándola a su pecho en un intento de calmarla. Ella solloza, pero no baja la guardia.
—Kael, por favor, necesitamos entender —dice Esteban con la voz grave—. Si Aria está en el bosque, tenemos que recuperarla. ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Desde cuándo sabe la verdad sobre lo que somos?
El silencio de Kael duele más que cualquier palabra. Baja la mirada, respira hondo y parece dudar.
—Aria es…
Pero la puerta se abre de golpe y Néstor irrumpe en la sala.