Punto de vista de Lucas
Saga rió en su mente con un tono que rozaba la burla.
—Vamos, Lucas. Admítelo. Te gustó más de lo que estás dispuesto a aceptar.
Lucas gruñó, cerrando el puño con frustración mientras volvía a guardar las bragas en su bolsillo. El aroma seguía impregnado en su piel como una maldita marca, y no importaba cuántas veces se lavara las manos, no podía quitárselo de encima. El olor a Sofía… lo perseguía, lo consumía.
Al salir del baño, casi choca de frente con ella. Su mirada lo golpeó como un latigazo. Iba con la cabeza gacha, pero al verlo, se tensó. Iba a apartarse, pero Lucas fue más rápido. La sujetó del brazo, suave pero firme, y la giró hasta dejarla contra la pared. Su cuerpo temblaba bajo el suyo, y eso solo alimentaba el fuego que lo estaba quemando por dentro.
—¿Tienes idea de cómo tus bragas terminaron en mi bolsillo? —murmuró cerca de su oído, con la voz baja y cargada de intenciones que no se molestó en disimular.
Los ojos de Sofía se abrieron, enormes.