Punto de vista de Sofia
Ha pasado una semana desde la última vez que vi a Rocío. No ha asistido a las clases de verano y tampoco responde mis mensajes. No puedo evitar preguntarme si hice algo para molestarla. A veces, después del instituto, intento ir a su casa, pero nunca consigo hablar con ella. Estoy preocupada, pero a la vez no sé qué hacer. Cada vez que estoy decidida a preguntarles a sus padres, aparece Jason, como si supiera que necesito distraerme, y me lleva a caminar.
Hoy, mientras caminábamos, rompió el silencio con una pregunta que me dejó en shock:
—¿Ya encontraste a tu mate?
Sentí un escalofrío recorrerme. La pregunta era directa, pero no entendía a dónde quería llegar. Le respondí, tratando de sonar tranquila:
—Aún no… Cumpliré 18 años el 24 de febrero. ¿Por qué lo preguntas?
Jason me miró fijamente, con esa intensidad que siempre me ha puesto nerviosa, pero que a la vez me atrae.
—Creo que eres mi mate —me dijo, sin rodeos—. Me gusta tu olor, y hay algo en ti que me a