El plan de ataque estaba listo. Michael había llamado únicamente a tres de sus hombres de confianza que ahora iban junto a él en un auto mientras que Nathaniel, Maggie y la escoria de George, quién era el que conocía la ubicación, iban en otro.
Según lo que este último les había dicho la cabaña se encontraba a una hora de distancia de la ciudad, por lo que estarían llegando aproximadamente al medio día, eso aunque los dejaba a la vista, no iba a impedir que actuaran de inmediato, pues ni él o Maggie estaban dispuestos a esperar un solo minuto más.
Maggie y Nathaniel estaban en el auto, siguiendo las indicaciones de George mientras se acercaban cada vez más a la ubicación de la cabaña. La tensión en el vehículo era palpable; nadie hablaba, solo se oían las instrucciones de George.
El castaño estaba nervioso, sus manos sudaban mientras agarraba el volante con fuerza. Miró de reojo a Maggie, quien estaba pálida y lucía visiblemente debilitada por la falta de sueño y la mala alimentació