– ¿Quién fue el maldito y cuál es su ubicación? –Katya no pudo evitar reír–. Hablo en serio, Katya, lo buscaré ahora mismo. A la m****a la fiesta.
– ¿Y cómo sabes que es un solo novio? –El ceño de Egan cayó, y Katya estaba ya hiperventilado de la risa en ese punto.
– Katya… –Ella negó con su cabeza–. Solo dime, ¿con cuántos has estado? No es que me moleste, pero me intriga lo que dices.
Katya bufó.
– Con uno solo, Egan, he estado con un solo hombre en mi vida.
– ¿Y quién es? –Era obvio que Egan ya sospechaba quien era.
– No te hará bien saber. –Katy negó.
Egan frunció su ceño.
– Solo dime, Katya. Necesito saber quién es el maldito afortunado que te conoció por primera vez y aún así no supo valorarte como era.
Katya volvió a reír. Si supiera que era Ivan, probablemente el chico dejaría de existir cuando ambos volvieran.
– Nadie importante –respondió Katya–, y ni siquiera fue agradable. Solo… –a Katya le incomodaba hablar de eso. Pero Egan había tenido la confianza de hablar de cosas per