—¿Puedes dejar de verme? –murmura Lila y todos ponemos atención a ella.
Pronto se da cuenta de lo que hizo y todos nos miramos unos a otros.
—¿Lila?
—No me hagan caso, estoy muy estresada, tengo hambre, sueño y frío.
—¿Quieres mi...?
—¡No! –interrumpe de manera grosera a Anthony y yo me sorprendo de su actitud por qué vamos, ella sí es ruda pero no grosera.
—¿Lila qué te ocurre? –cuestiono y mira a todos alrededor.
—Quiero dormir. ¿Podrías decirme dónde puedo hacerlo? Con esta nevada repentina y el no poder volver a casa mis nervios se han puesto de punta.
—Claro, sígueme.
Me levanto de dónde estamos pasando un momento que yo creí que era agradable y acompaño a mi hermana a la habitación en dónde me estoy quedando con Damián.
Hace apenas una hora que llegaron y la nevada comenzó a cubrir las carreteras sin piedad y por suerte ella y Anthony llegaron a salvo. Lamentablemente no podemos movernos de aquí por ahora hasta que la nieve deje de caer y se deshaga del suelo o corremos