LOS CATRIÉIS
- No, no se lo merece. Sé que mentiste para no ser castigado, ya que Donatello inventó toda esa mentira.
- ¡Bastardo!
- ¿Sabías que Catriel le dio una paliza y tiró ese bastón? El hijo de puta se levantó sin ella. Un maldito mentiroso. Y no tenemos pruebas de que no pidió ayuda esa noche, Max.
- No, no lo hacemos.
- Pero sabemos que no necesitaba preguntar, Max. Aún así era nuestra obligación ayudarlo.
- Por eso soy culpable... Por haberla hecho huir, por haberla denunciado... Por todo, Aimê. – Bajó la cabeza, arrepentido.
- Max – puse mi mano sobre la suya, que estaba apoyada en la mesa – En cuanto sea nombrada reina, usaré la amnistía real para sacarlo de aquí.
- Pero... Sólo puedes usar esto una vez durante tu reinado.
- Lo sé.
- Y no deberías gastar eso en mí.
- ¿Con quién más lo usaría, Max? - Sonrisa.
- Con alguien que no la haya traicionado, como yo.
Apreté su mano con mis dedos y miré profundamente a sus ojos marrones:
- Tenemos toda una historia de amistad a lo l