- ¿Y éste? - pregunté, intentando tocarlo, mientras el animal se apartaba.
- Éste... - me corrigió.
- Hola, "Mamón" -bromeé, admirando a la yegua-. - Es... preciosa.
- Pues mi hermano se ofendería un poco si te oyera llamar Otária a su yegua. - Lucca se mostró irónica.
Inmediatamente me alejé del animal, temerosa:
- Pensándolo bien, ¡ni siquiera es tan bonita! - Me encogí de hombros.
La yegua empezó a relinchar y Lucca se acercó a ella, suavizándola hasta que se calmó.
- No pasa nada, Tormenta.
- ¿Tormenta?
- Sí, esta es nuestra preciosa Tormenta.
- No se parece en nada a Sucker... - Arqueé una ceja, analizando al animal perfecto.
¿Recuerdas ese sueño del príncipe que llega en un caballo blanco? Pues...
- ¿Por qué t