No puedo creerlo... esta ciudad es gigantesca
Un par de chicas caminan hacia la salida del aeropuerto, cada una con dos maletas.
Cuando llegan a la puerta, se detienen unos segundos mirando el límite invisible que separa su antigua vida de una nueva.
Sol observa a Maggie, y ambas se sonríen antes de dar un paso adelante, cruzando aquel umbral.
- No puedo creerlo... esta ciudad es gigantesca - exclamó Maggie, aventurándose unos pasos adelante como si desafiara al nuevo territorio.
Sol se quedó inmóvil, una extraña sensación de déjà vu recorriéndole la espalda y una mezcla de emoción y nostalgia que no logra comprender. La ciudad se extendía ante ellas no como un destino, sino como un eco de algo que debería conocer.
Maggie, al notar la parálisis de su amiga, regresó y la envolvió en un abrazo brusco pero sincero.
- Aquí seremos felices... Yo no cometeré los mismos errores que nos hicieron perder todo en Ciudad C - susurró la última parte, la culpa aún fresca en su voz.
- Olvídalo - responde con una leve sonrisa - Mañana empezamos