La confirmación de Magaly resonó en el aire frío de la noche, añadiendo una nueva capa de angustia a la ya desesperada situación. Villa Esperanza... ese nombre evocaba recuerdos oscuros en la mente de Richard, ligados a los negocios turbios del abuelo de Javier y a la figura escurridiza de Gustavo.
—¿Gustavo? —repitió Richard, su voz cargada de incredulidad y rabia—.
Magaly suspiró al otro lado de la línea. —Tengo un mal presentimiento. Él siempre ha estado metido en cosas turbias, y su cercanía con Valentina... Además, no he podido contactarlo desde que pasó todo esto. Su silencio es muy sospechoso.
—Tenemos que encontrar a Valentina.
—Voy para allá —confirmó Magaly—. Ya estoy en camino. Los alcanzo en Villa Esperanza. Tengan cuidado. No sabemos a qué nos enfrentamos.
Colgaron la llamada, dejando tras de sí un silencio tenso y cargado de incertidumbre. La mirada de Richard se cruzó con la de Anselmo, Javier y Elara. En sus ojos, veía reflejada la misma mezcla de miedo y determinació