Cristian
Intento asimilar lo que acaba de decirme Cristal. Mi mente se niega a aceptarlo, como si pudiera torcer la realidad con solo negarla. Tal vez escuché mal, pero no, no estoy sordo. Ella lo dijo con claridad: él mató a la madre de Sam.
Maldita sea… siento un nudo en el estómago que me retuerce las entrañas. Es algo tan monstruoso, tan enfermizo, que cuesta siquiera imaginarlo.
—Cristian ¿estas bien?
—¿Qué dijiste? ¿Él la mato? —murmuro con voz ronca, ignorando su pregunta, pasándome la mano por el cabello, jalándome de los mechones con frustración —¡Eso no puede ser cierto! Debes estar mintiendo. ¡Esto es una locura! —grito golpeando la pared, mi puño vuelve a abrirse en sangre.
—Te juro que no miento. —Cristal me mira fijamente, la desesperación en sus ojos es real, palpable—. Es un asesino. Y ahora, está obsesionado con Sam, porque en su mente enferma ve a Amanda, la madre de ella. Es un psicópata, Cristian.
Me siento como si el suelo se abriera debajo de mis pies. La furia,