La ruptura.
La tarde había comenzado con una brisa suave y un cielo despejado, pero dentro de la oficina de Laura, la tensión era palpable. Tras la reciente conversación con Martín, la noche anterior , donde ambos se habían comprometido a confiar el uno en el otro y a amarse sin reservas, Laura había sentido un ligero alivio.
Se habían jurado que ni David, ni Belinda, significarían nada para ellos. Sin embargo, la inseguridad seguía acechando en el fondo de su mente. Laura sonrió con incertidumbre al recordar esas promesas.
—Te prometo que haré todo lo posible para que esto funcione —le había dicho Martín, mirándola a los ojos con sinceridad. — No quiero perderte.
Laura había sentido que su corazón se llenaba de esperanza.
—Y yo tampoco quiero perderte. Confío en ti, pero necesitamos mantenernos unidos —respondió, sintiendo que por fin estaban en la misma sintonía.
sin embargo, la realidad de lo que le esperaba ese día siguiente , comenzaba a desdibujar esa promesa.
— Señora los modelos la espe