Steven se revolvía en la cama, incapaz de encontrar una posición cómoda. Su mente era un torbellino de emociones y pensamientos tumultuosos. Se preguntaba cómo había llegado a ese punto, si estaba todo bien entre ambos hasta ese entonces ¿o no? Se dio la vuelta en la cama, alejándose de donde ella solía estar. Lejos del aroma de su piel. Cerró los ojos con fuerza, tratando de bloquear los recuerdos que amenazaban con inundarlo. Pero era inútil. Cada vez que cerraba los ojos, veía su rostro, escuchaba sus palabras llenas de reproche. Se culpaba a sí mismo por haber dejado que las cosas llegaran a ese punto, por no haber sido lo suficientemente valiente para enfrentar la verdad antes. Para decirle... ¿para decirle qué exactamente? Steven suspiró profundamente y se pasó una mano por el cabello, sintiendo la textura áspera en sus dedos. Sabía que tenía que arreglar las cosas, que no podía permitir que su orgullo o su miedo le impidieran estar bien con ella. Pero ¿cómo empezar? Se sentía p