Sasha llegó al departamento de Steven con una mezcla de nerviosismo y determinación. Había pasado varios días desde su última visita, y las circunstancias entre ellos habían cambiado drásticamente. Al entrar, saludó a Steven de manera un tanto tensa, notando la extraña atmósfera que parecía envolverlos en el ambiente. Steven la observó con una mirada intensa y un gesto de confusión. Cuando ella se disponía a dirigirse directamente al dormitorio, él la detuvo suavemente tomándola del brazo. Sus miradas se encontraron en un silencio cargado de significado, y Sasha se sintió incómoda bajo su exhaustivo escrutinio. —Sasha, necesitamos hablar —dijo Steven finalmente, rompiendo el tenso silencio. —¿Hablar? —respondió Sasha, con un dejo de incredulidad en su voz — Sí. Y si vamos a la habitación, claramente no hablaremos —añadió con una media sonrisa, tratando de aligerar el ambiente, aunque la tensión seguía palpable en el aire. Ella asintió con solemnidad y él la condujo hacia la sala, dond