Lula estaba en la sala de la casa, revisando los catálogos de catering que había seleccionado para la fiesta. Estaba ansiosa por asegurarse de que todo fuera perfecto, no solo por la importancia del evento, sino también para demostrar que podía manejar las expectativas de Pauline. Sin embargo, sabía que cumplir con las demandas de su la estirada mamá de Brad no sería tarea fácil, como lo había demostrado ya, de hecho había ocasiones en que sentía que le había dado esa tarea para que ella fallara y luego poder refregarselo por la cara pero luego pensaba que eran ideas suyas dada la importancia de eso. Ese día, Lula tenía programado reunirse con algunos proveedores para probar los diferentes servicios de catering que había seleccionado. Estaba ajustándose los zapatos sin taco frente al espejo, pues se había puesto una solera con unas sandalias un poco más arregladas, cuando escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse con un golpe seco. Pauline entró al salón, y su presencia se sintió