Arturo llegó con regalos para todos, Lucy y Alan estaban felices de verlo, así como también lo estaba yo.
Me abracé a él por largo rato, me separó de su cuerpo y me sonrió.
—De aquí voy a ir a ver a mi sobrina, y a Romeo —dijo y suspiró hondo, le sonreí y tomé su mano.
—Ya todo se aclaró, sabe que no le mentimos.
—Lo sé, me lo dijo, me pidió perdón, le dije que no se preocupara, que ahí junto a él me iba a tener como siempre, porque quiero ver que mi sobrina esté bien, y esas personas junto a él no son buenas.
—¿Se supo quién más estaba involucrado? Creo que le preocupaba que sus padres estuvieran metidos en todo.
Arturo suspiró hondo una vez más y apretó los labios.
—Mason, Romeo está destrozado, no solo era su abogado, su colaborador de confianza, era su amigo, fueron amigos por muchos años.
—No lo puedo creer. Me pareció que casi no iba a la casa desde que mudé.
—Estaba confabulado con Viridiana.
—Romeo debe estar muy molesto.
—Lo siguiente de molesto, y dolido. Aún no los enfrent