Capítulo 37
Me quedé admirando mi imagen en el espejo del baño por algunos minutos, no podía dejar de mirarme, me veía muy bella, la ropa era preciosa y el maquillaje me hacía lucir más mujer.

Contuve las lágrimas, me animé a sentirme mejor, salí del baño, él me esperaba.

—Estás preciosa, esta vez si me vas a creer.

Me eché a reír y afirmé.

—Con ropa bonita y maquillaje cualquiera.

—Qué necia eres, estás bellísima

Negó con la cabeza.

Me abrazó a él y le correspondí pegando la cabeza de su pecho.

—Eres muy bueno.

Miré hacia la mesa y mi cuerpo se tensó, también pensaba que no tenía necesidad de pasar por eso, Romeo me tomó de la mano y me condujo hacia un grupo de gente, sonreí con timidez.

Era un grupo de hombres y un par de mujeres, se quedaron viéndome todos con expresiones de curiosidad.

—Chicos, ella es mi novia: Caroline.

—Encantada —dijo una de las mujeres, me sonrió y tendió su mano, la tomé, el resto me saludo igual.

—¿Y qué haces, Caroline? —preguntó un hombre joven y apuesto.
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