Carrick Burwish es el empresario que todos quieren que sea, pero en el único negocio que fracasado constantemente es el amor y la paternidad, está dispuesto a conseguirlo todo y para ello le ofrecerá a la mujer de su vida un trato inigualable.
Leer másJulianne Altazar iba caminando por la estación de policías de Mainvillage. Se veía perfecta para ser casi las cuatro de la mañana; traía el cabello colocho recién planchado, las uñas recién pintadas y podía decir que su cuerpo finalmente se sentía como suyo en aquella falda tubo que se ajustaba sus curvas y la camisa de tirantes combinada con un saco de diseñador. Saludó a uno de los policías con un golpe de puño y otro le acercó un vaso con café, la joven les miró con los ojos entrecerrados y sonrió. Le dio un beso a una de sus amigas de la estación, la detective Méndez.
—Tu cliente está guapo que te cagas.
—Es muy guapo —Aseguró Julianne.
—Quiero pegarle —Advirtió uno de los detectives y Julianne supo que sí era Carrick, porque ella a veces quería hacer lo mismo.
Siguió al detective, caminó hacia las celdas y se encontró con Cash Burwish con un ojo morado detrás de las barras, un labio roto, la camisa ensangrentada y le faltaba un zapato.
July sonrió y se acercó.
—Quiero decir que nunca pensé que serías encarcelado, pero… es mentira.
Carrick quería sentirse menos humillado, pero a las dos de la mañana la única persona que contestó su llamada telefónica fue su exnovia y eso después de que les pagara a los policías por una quinta llamada, lo cual le salió en mil dólares. Ese era el dinero escondido en su media, además del que tiene metido entre su ropa interior y pensaba gastárselo en una celda adecuada si tenía que pasar la noche y la mañana ahí.
Julianne estaba guapísima, para ser las cuatro de la mañana. Sabía que lo había hecho adrede, ella no requería tanto tiempo en alistarse y eso la convertía en una deliciosa cabrona, había tardado porque podía.
—Yo pensé que sería por drogas o por impuestos, pero, no… Es por defender a una mujer porque su esposo es detective y fue a intimidarle al trabajo, y ahora, solo yo estoy en la cárcel.
—Él también está bajo custodia —Se defendió el detective y July alzó una ceja en su dirección.
Los policías se cubre los unos a los otros.
S i e m p r e.
En Mainvillage y el mundo, los policías no se dejan morir los unos a los otros.
Son como una asociación, que en realidad es admirable.
—En una sala que no está orinada —Respondió Cash.
—El señor Burwish, es muy privilegiado, ¿no hay una celda VIP?—preguntó burlona.
—Julianne, me acusan de proxenetismo, voy a salir a la calle así, mis hijos van a ver fotos de mí mañana y pensarán que soy un proxeneta.
—Eres dueño de varios puteros —le recordó el detective.
—La prostitución en Mainvillage es legal, no tengo puteros, tengo clubes de striptease y casinos, no es mi culpa contratar a mujeres guapas —Respondió y Julianne no aguantó la risa.
—¿Me das una sala con Carrick por favor y le traes un kit de curación?
El hombre se fue a preparar lo que Julianne solicitó, la joven metió su mano dentro de la celda y Carrick la tomó, se acercó y le dio las gracias por ir a su rescate. Le dio un beso en los labios y le quitó el café de la mano, tomó un sorbo, estaba fuerte, caliente y delicioso, luego le dio otro beso a Julianne la cual echó la cabeza hacia atrás y le quitó el vaso, Carrick le acarició la nalga y Julianne rodó los ojos.
—Nunca he tenido relaciones en la cárcel.
—Yo nunca he estado encarcelada y no me va a hacerlo con presos. Vas a pagar la multa y disculparte porque no quieres meterte con los policías Carrick, tienes bares y pueden empezar a hacer cateos sorpresa todos los días, a meter drogas, las mujeres siempre perdonamos al imbécil, yo no estaría aquí si no, entonces, mi amor, hombre de mi vida lo vas a dejar ir aunque es injusto.
—¿Eres la mujer feminista o cómo va esto?
Carrick supo que aquella pregunta estaba de más cuando vio el rostro de Julianne amargarse, los últimos años habían sido una pesadilla para ella y él estaba siendo un redomado imbécil al recordárselo.
—Soy la mujer a la que su novio le pegaba, y se lo aguantó por meses. Cuando se lo dije a alguien, ese alguien mi mamá rió, y cuando pedí ayuda a la policía me preguntaron si estaba segura, por favor no hagas eso.
—Ya los insulté, les dije corruptos de m****a y eso solo fue el principio.
—Carrick no quiero que me beses, no quiero que me llames a las dos de la mañana, no soy tu mujer así que si quieres cosas de mí tendrás que poner un anillo en mi dedo y un contrato prenupcial de esos que no se firman —Respondió seria.
—¿Eso quiere decir que lo haremos aquí o cuando me saques?
¡Hola lectores! Muchas gracias por leer El corazón del empresario. Espero lo hayan disfrutado en todo momento y estén listos para disfrutar más de Mainvillage. Acá en buenovela están disponibles otras de mis novelas solo con buscar Mainvillage entre ellas pueden leer: La jefaNovela que narra la historia de Berrocal.Sinopsis.Lexie es la dueña de una de las casas de entretenimiento femenino más exclusivas de Mainvillage, es una mujer extremadamente exitosa en cuanto a los negocios, sin embargo vive con miedo constante, desde que su mamá dejó a su papá ha evitado el contacto con el mismo, sin embargo, eso le convertía en un blanco perfecto para ser víctima de los gajes del oficio familiar. Finalmente, ese día ha llegado y tiene tres opciones convertirse en la jefa de la mafia, en la esposa del jefe o permitir que la maten. . Volviendo loco al jefe
Julianne entró en su casa en medio de una guerra de dardos. La mujer fue derribada por su esposo. —Alto al fuego, no disparen. ¡Repito, no disparen! Llegó mi mujer, Julianne—Dijo y se acostó encima de su esposa. Julianne rio y Cash le dio un beso en los labios. —Papá lo estás arruinando otra vez—dijo Alexa y le disparó en la cabeza. —Pausa, pausa, voy a saludar a mi mamá—Replicó Swayer. Gemma corrió hacia sus papás y se tiró encima de Carrick su papá giró la cara para verle, ella estaba sonriendo sin dientes hacia su mamá. —Hola, mami. —Hola, Gemy. —¿Dónde está Tuck?—preguntó Julianne. —Tuck está dormido—Respondió su gemela. —¿Y Santi?—preguntó. —Está metiéndole la lengua en lugares inapropiados a su amiga que no es su amiga.
Carrick entró al apartamento con un pedazo de pastel de moka y crema de avellanas. Vio a su novia la cual corría por la casa en lencería. Carrick rio cuando Julianne pasó por segunda vez enfrente suyo sin mirarlo con el fin de fingir que sí estaba lista y que no le habíavisto, la joven se devolvió. —Hoy voy tan lenta. Me va a venir el periodo y me da ese sueño y me hicieron unos masajes buenísimos, tenemos que ir—Dijo y le vio a los lejos.—¿Qué pasa?—preguntó Julianne mientras le sostenía de las solapas del saco.—¿Por qué sonríes? —Te amo tanto como para no estar enojado—respondió. —Te amo también por comprar esto, gracias.—Dijo y probó el toping del pastel—¿Cuán tarde podemos llegar? —Si nos vamos a ir temprano, podemos llegar unos treinta minutos tarde. Carrick le dio un beso en la mejilla y fue hacia el baño. Se aseguró de cerrar con pestillo y le escri
Carrick vio a su novia firmar el prenupcial y los documentos que hacían la casa que habían elegido su hogar, los dos sonrieron y Carrick tomó la pluma y puso su firma en los documentos. Julianne sonrió. —¿Sabes? —comentó Julianne. —Hubo un tiempo en el que te hubiese arrancado la ropa. Carrick vio a su novia entre divertido y molesto. —¿Por qué sientes que no deberías hacerlo? Arrancarme la ropa, tirarme sobre la mesa y no sé... ponerte creativa. —Chupártelo—contraatacó mientras reía. Carrick asintió —Por qué este salmón está buenísimo y quiero saber sobre tu cita con Berrocal. Carrick sintió el pie de su novia contra sus rodillas. ¡Vaya que sí es creativa! Losdos sonrieron. Y ella continuó comiendo como si nada mientras seguía acariciándole las piernas con los pies. —Gracias por el informe y por la ayuda—resumió Cash. —Lo sé.
Carrick había pasado la mañana intentando sorprender a Julianne y estaba convencido de que todo sería perfecto. Su hija se despidió y le dijo que estaba muy orgullosa, Carrick sonrió y todos vieron a su padre ingresar a la oficina. —Señor Burwish—dijo Olivia y fue a saludarle. —Hola, cariño, ¿cómo has estado? —No también como usted—Dijo y le ofreció algo de beber. —Como es eso de que has perdido tu tarjeta de hombre ante Cash.—preguntó Sebastian antes de ponerse en pie para saludarle —No sé que me está pasando—Dijo y todos rieron—No dejen que nadie los convenza de jubilarse. —Sí, te entiendo—Olivia vio a su esposo con el ceño fruncido y le dio el whiskey al papá de Cash. —Dejé a tu mamá abajo. —¿¡A mamá?! —repitió Cash.—Papá no la dejas ahí sola. —Está con sus amigas. Dijiste que no
Carrick se acercó a Julianne y le abrazó. Todavía con lágrimas en los ojos y llorando. Ella le acarició la espalda y el pelo, lo acunó como si fuera un bebé. —Yo estoy súper bien con que me dejes ser quien necesites. Voy a cuidar siempre de ti. —Lo sé. —¿Lo sabes?—preguntó divertida mientras le limpiaba las lágrimas. —Te amo y quiero que me cuides todos los días aunque sea un necio, horrible y agotador. Voy a dejar de hacer las cosas complicadas. —Bien.—dijo y le dio una palmadita en el trasero. —Te amo, Jul. —Y yo, pantancito—Respondió y los dos sonrieron antes de que él le besara. Los niños salieron de la habitación de su papá y les vieron besándose, Santiago rodó sus ojos y fue hacia su abuela, su hermano le imitó mientras tomaba una foto de sus papás. —¿Cuál es tu desayuno favorito?—p
Último capítulo