Sergio estaba caminando de un lado al otro cuando vio a Elise entrar a su oficina, llevaba unos jeans rotos, una gorra y su camisa del equipo de Isaac, una bolsa de papel y su cara de mal humo.
—Sergio Caine, ¿qué haces aquí? —pregunta la mujer.
—No sé.
—Ve a ver a tu hijo.
—No, porque se va a llenar de gente y les va a quitar.
—¿Dónde quieres estar? —pregunta Elise.
—En el jugo.
—Entonces vas porque tu hijo quiere ver a su papá ahí en el césped saltando y aplaudiéndole los goles.
—Okay.
—Elise le entrega la bolsa, en ella encuentra la camisa del equipo de su hijo y se la pone. Los dos salen corriendo y Sergio pregunta siu puede cambiarse el pantalón y los zapatos, Elise le deja ir mientras espera en su auto. Tardan casi una hora en llegar al partido, todo está vendido y todo el mundo parece haber asistido a las ventas que se realizaban el honor a los pequeños del hospital.
Isaac mira a su entrenador y a sus amigos que están un poco preocupados pro la cantidad de gente. El