Capítulo Siete.
Alessandro Cowell.
Y al fin llegamos a Cancún, y la buena vibra del ambiente nos embargó. En el aterrizaje todo fue chiste, el miedo me invadió y Elena aprovechó, tomó mi celular y grabó.
Nos reímos al ver el vídeo, yo gritando como un demente, pidiendo auxilio y ella riéndose a carcajadas.
—Qué divino hotel, Ale. —dice con la boca entreabierta. — Es ideal.
—Bienvenida a Cancún, y a la suite más exquisita del lugar. —anuncio como un promotor de turistas. Y Elena se ríe. —Vivirás la mejor experiencia de la mano de expertos….
Me empuja. —Cállate, que nos sacarán de aquí a patadas. —dice sonriéndole a las personas que nos veían mientras caminaban.
—Ay, no, pues, qué molleja. —digo mirándola colocándome las manos en mi cintura.
Elena se ríe. — ¿Hablas maracucho? —inquiere un poco cohibida.
—Para usted. —le un gesto de reverencia. — Sé hablar en todos los idiomas y acentos del mundo.
Elena se sonroja con una sonrisa. Su expresión es hermosa.
—Eres un bilingüe… — dice mirándome.
—Lo que qui