El sol brillaba más que cualquier día o por lo menos así era para Maximiliano quien llego a la empresa con la sonrisa más grande que alguien le haya visto jamás, Erick estaba desconcertado con la actitud de su jefe, en los muchos años que había estado trabajando con él nunca lo había visto tan feliz.
- Escuche los rumores desde recepción, pero por lo visto es más grave de lo que cuentan. – Comenta divertido Rafael quien ingresa a la oficina de Maximiliano sin tocar, aunque este siempre se enoja igual él lo hace y lo seguirá haciendo, pero para su sorpresa ese día solo levanta un poco la mirada que casi que puede iluminar el lugar más oscuro y no dice nada por su entrada solo lo saluda más amable de lo normal lo que le produce un gran escalofrió.
- Mi querido amigo, ¿Cómo estás?, ¿a qué debo el honor de tu visita? – Pregunta claramente animado.
- ¿Qué paso? – Pregunta desconcertado Rafael mientras se sienta frente a su amigo que no puede con la cara de tonto. – Aunq