Kael y Elara abandonaron la oficina ejecutiva, dejando al padre de Kael en la miseria de su derrota inminente. La atmósfera en los pasillos de la mansión se había transformado; el miedo que antes sentían los guardias y el personal se había convertido en una curiosidad tensa, una anticipación silenciosa de la caída del patriarca. Elara mantenía el dispositivo de audio firmemente sujeto en el bolsillo interior, la verdad de Lysandra, el arma nuclear de su ofensiva, asegurada.
"Ha sido más fácil de lo que pensaba, Kael. Estaba tan seguro de su inmunidad que la prueba grabada lo desarmó por completo," comentó Elara, su voz baja y concentrada mientras caminaban hacia el ala de la junta directiva. "Thompson y Vance ya deben estar recibiendo llamadas aterrorizadas sobre las filtraciones. La prensa debe estar preparando los titulares. El caos corporativo está hecho. Ahora solo queda la ejecución en la sala de juntas."
"No subestimes su desesperación, Elara. Mi padre siempre tiene una última c