Mundo ficciónIniciar sesión
Mi biblioteca
  • PARTICIPA Y GANA Concurso
  • Português
  • Para autores
    Recompensas de autoresPara autores
  • Ranking
  • Navegar
    Todos
    Paranormal
    Ciencia Ficción
    urbano
    Hombre-lobo
    Clásico
    Suspenso
    Oriental
    Historia
    Otros tipos
    Romántica
    Fantasía
    Personajes Sobrenaturales
    Acción
    Realista
    Mística
    Chick Lit
    LGBT
    Guerra
    Adolescente
    Crimen
  • Inicio
InicioEl colmillo del diablo
El colmillo del diablo

El colmillo del diabloES

Romántica
Rodriguez L  En proceso
goodnovel16goodnovel
10
Reseñas insuficientes
81Capítulos
16.4Kleídos
Leer
Añadido
compartir: 
  • Copiar
Denunciar
Resumen
Índice

Sinopsis

mxgSoldadoDiferencia de edadPosesivoCruelProtectorAmor doloroso

Adam O’Brien solo vive para una cosa: la venganza disfrazada de justicia, pues en el pasado alguien le arrebató todo lo que le importaba. Sádico, frío y cruel. Herido, atormentado y al borde de la locura, Adam se oculta detrás de la máscara del demonio, esperando su propia liberación. Helena Rose ha visto la peor cara de la maldad. Secuestrada y mantenida como la mascota de un esclavista, ella no tiene ninguna esperanza. Con sus padres muertos y hermanos desaparecidos, lo único que puede hacer es pedir al cielo por fuerzas, porque sabe que las necesitará. Su amo es un monstruo que disfruta torturándola y tan indefensa como está, Helena solo puede cerrar los ojos y soportar el dolor. Ellos nuca debieron de haberse conocido. Cuando Adam es enviado para deshacerse del traficante de esclavos más peligroso del país, él no espera encontrarse aquellos ojos grandes que lo miran con gentileza. Decidido a protegerla, Adam la lleva consigo, solo como una invitada. Tan dulce como solo ella puede serlo, Helena se mete poco a poco dentro de su piel, empujándolo cada vez más al borde y Adam se encuentra a sí mismo tratando de decidir entre el amor, la moralidad y lo correcto.

Leer más
El colmillo del diablo Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • ESCENA ELIMINADA

    Susanna abrió la puerta, encontrándose con quien menos hubiera creído o esperado: Adam O’Brien. El jodido hijo de p**a que la utilizó durante cinco años, antes de abandonarla como si no tuviera ningún valor. Ah, m****a, ella lo había superado casi por completo gracias a Gemma y Peter; sin embargo, a veces le dolía. Sobre todo cuando consideraba lo patética que fue su actitud durante todo ese tiempo: rogándole por una pizca de amor, siendo su muñeca inflable; echándole en cara la pérdida de su embarazo, tratando de mantenerlo atado a ella con reproches y culpa. Sí, igual que su neurótica madre. Incluso, después de que terminó con ella en el auto, estuvo buscándolo durante meses e intentó suicidarse. Eso, sin embargo, él no lo sabía. Se lo llevaría a la tumba como un secreto. Adam esbozó esa arrogante media sonrisa que le salía tan bien, que la volvió loca durante años y la enamoraba siempre que lo veía. No obstante, sus ojos eran duros. Una mala señal. Pésima. Conocía

  • EPÍLOGO

    Adam deslizó el dorso de la mano por la sonrosada mejilla regordeta de Ryan. Era un niño hermoso, una parte suya y de Helena, que recién había cumplido dos años. Increíble el modo en que el tiempo pasa cuando eres padre: un día tienes a un bebé pequeñito en brazos, que depende enteramente de ti; y al otro… un niño al que debes perseguir para ponerle los pantalones. Pero era lo correcto. El curso inevitable de las cosas. El ciclo de la vida. Ryan entreabrió sus grandes ojos azules y se llevó el pulgar a la boca. Adam sonrió peinándole los ondulados cabellos castaños. «Lo estoy haciendo bien ahora, hermano, ¿puedes verlo?». Deseó que sí. Porque, después de años de amargura y sufrimiento, él había hallado esperanza en un par de ojos cafés claros, que lo miraron con dulzura desde la primera vez. Y puede que su relación con Helena no fuera moralmente correcta o que desafiara todo eso en lo que un día creyó, pero ahora no le importaba. Ambos eran felices teniéndose

  • CAPÍTULO 76

    Con una bata blanca y tumbada en camilla del hospital, Helena apretó la mano de Adam, que estaba a su derecha. Buscó sus ojos y le ofreció una sonrisa nerviosa. Hoy, finalmente, sabrían el sexo de su bebé. Después de tanto tiempo y complicaciones, él se había vuelto un poco paranoico. Por ejemplo, es ese preciso instante, mientras ellos estaban a punto de hacer el descubrimiento más grande del mundo, había una docena de hombres rodeando el hospital. Entre ellos Luciano y Darick. Estaba bien, sin embargo, porque le hacía sentir segura. Después de lo que hizo Darrel, los dos estuvieron en alerta constante las primeras semanas. Él, por supuesto, nunca dejó de estarlo. La doctora tomó un bote de gel y se lo mostró, con una pequeña sonrisa en los labios. —Estoy nerviosa —murmuró. Adam se inclinó hacia ella al instante y la besó en la frente. —Yo también —admitió. Ella tuvo que reprimir la sorpresa—. Esto es… nuevo para mí. Para los do

  • CAPÍTULO 75 (II)

    Helena gimoteó cuando trató de mover el brazo y el dolor explotó desde adentro. Llevaba poco más de una hora en urgencias, siendo custodiada por Blake. Aún no terminaba de entender lo sucedido, pero dejó de importarle cuando el doctor le informó que su bebé estaba fuera de peligro. Hunter y Gemma acababan de llegar, en cuanto su gemelo vio al líder del Tercer Cielo casi enloquece; sin embargo, ella logró explicarle lo sucedido. Así que esperaban porque Adam diera señales de vida. Por el rabillo del ojo, vio cómo Blake jugueteaba con su teléfono. Él parecía tan indiferente, pese a lo horrible de la situación. No tenía sentido. —¿No te preocupa? —preguntó. Blake levantó la mirada y le ofreció una media sonrisa burlona. —¿Darrel o Hunter ? —Adam. Él encogió un hombro. —¿Debería? Es grande, puede cuidarse solo. —Dirigió sus ojos verdes hacia Hunter —. Eres lindo. Tienes un buen cuerpo. Hunter le frunció el ceño.

  • CAPÍTULO 75 (I)

    Blake obedeció, con una calma perturbadora. ¿Por qué le asustaba? Ella no sabía, pero el brillo en sus ojos le pareció familiar. La empujó hacia Darrel, quien la mantuvo pegada a su cuerpo. Helena forcejeó, él presionó el cañón de una Browning sobre su cabeza. —No seas estúpida —gruñó. Ella se detuvo. Con pasos seguros, Adam traspasó la puerta y se detuvo a cinco metros. Vestido completamente de negro, excepto por su franela roja sin mangas, él los miró con una ceja alzada mientras terminaba de ponerse un guante de cuero. Repasó el lugar, tragó duro y fingió indiferencia. —Y aquí estoy —dijo. Su tono mortal estremeció el cuerpo de Helena—. Solo y sin armas, indefenso, como ordenaste. Oh, cielos. Él estaba enojado, real y absolutamente furioso. Jamás lo había visto de esa forma. Él la miró un segundo y le mostró una media sonrisa arrogante que le hizo recordar el día en que se conocieron. —¿Sabes? —Se recogió completamente el c

  • CAPÍTULO 74

    El juicio había sido una m****a, por completo. Un circo deprimente que le causó una terrible migraña. El juez Hocking, a quien conocía, decidió ausentarse a última hora y fue reemplazado por un hijo de p**a insoportable que estaba de parte de la fiscalía. Por poco pierde el caso, pero a final de cuentas su querido traficante era un hombre libre. No por mucho. Luciano se encargaría de hacerlo desaparecer, después de que le entregase al grupo para el que trabajaba. Encendiendo un cigarrillo, miró el cielo. Tenía que dejarlo, por el bien de su hijo. Lo que menos deseaba era afectarlo con sus malos hábitos; pero Dios, cuánto le costaba. No era fácil después de años como fumador asiduo. Su teléfono sonó, haciéndolo reaccionar. Era Helena. Quizá estaba impacientándose con lo de su visita al gineco-obstetra. Sí, bueno, él también estaba nervioso por saber el sexo de su bebé. Aunque ella se encontraba segura de que sería una niña. ¿Él? no tanto, no podía decírselo. L

  • CAPÍTULO 73

    Helena despertó sintiéndose observada. Parpadeó acostumbrándose a la suave luz de la lámpara y sonrió al encontrarse con los ojos de Adam, viéndola desde arriba. Él alargó la mano y le retiró el cabello que le cubría la frente. Deslizándola poco a poco, le acarició los labios y trazó una línea recta que cruzó la V de sus pechos y paró en su abdomen desnudo. —Hola. —Su propia voz le pareció demasiado distante. Él presionó ligeramente con su palma. —Hola. Inclinándose, sustituyó la mano por sus labios. Sentirlo así envió una descarga a lo largo de su cuerpo. Esto se había vuelto un ritual: Adam se aferraba a ella durante toda la noche, como si pudiera escaparse, y al amanecer la despertaba con un dulce beso en el vientre. Y le agradaba, mucho. —Hola. —Adam murmuró de nuevo, no para ella por supuesto. El movimiento en su interior consiguió estremecerla. Él debió de haberlo sentido porque se rio por lo bajo. Últimamente hacía eso c

  • CAPÍTULO 72

    El cielo estaba oscuro, pese a ser tan solo las seis de la tarde. Una hora extraña para una reunión ilegal y forma de contratos multimillonarios; pero la m****a prefería las sombras, ¿qué podía decir? No era como si le importase mucho y siendo sincero, todo lo que quería justo ahora era terminar con esto y volver a casa. Descansar unos días y hacer el amor con su mujer muchas horas. Un poco de esa agradable paz a la que ella lo había acostumbrado. Si todo salía bien, haría algo que jamás cruzó su mente antes: le llevaría rosas. «Ya, deja de ser estúpido. Concéntrate». No podía distraerse estando a punto de enfrentarse al demonio. Sonriendo para sí mismo, Adam se colocó su máscara negra, la que tenía tachuelas doradas por todo el contorno además de cuernos y cargó su Jericho, al igual que un par de CZ SP-01. Ah, m****a, tenía un problema con las 9 mm: le gustaban demasiado. Inspeccionó sus cuchillos y los guardó mientras veía por el rabillo del ojo cómo sus compañeros

También te gustarán

  • Cuando Sus Ojos Abrieron
    Cuando Sus Ojos AbrieronSimple Silence7.6M leídos
  • Esposa Pecadora
    Esposa Pecadora Sixteenth Child3.9M leídos
  • Déjeme ir, Sr. Hill
    Déjeme ir, Sr. HillSuperficie del Sur3.7M leídos
  • La Heredera Divorciada Billonaria
    La Heredera Divorciada BillonariaQuiero comer carne3.3M leídos
  • La Pequeña Novia del Sr. Mu
    La Pequeña Novia del Sr. MuGato con sabor a limón2.5M leídos
  • ¡Buenas noches, Señor Ares!
    ¡Buenas noches, Señor Ares!Lenguaje de paz2.3M leídos

Libros interesantes del mismo período

  • ¡La vida es un cliché! ¿Quién dijo eso?
  • Mundo Paralelo 1: Destello y la Tierra
  • El juego de las emociones
  • Me encantas (amor de verano)
  • ¿ME RECHAZAS? (1)
  • Ángel
  • Rapax Lupus
  • Una bailarina para el alfa
Comentarios Deje su reseña en la aplicación
No hay comentarios
81 chapters
INTRODUCCIÓN
El colmillo del diablo/Rodriguez L
PRIMERA PARTE   [***]   La eterna sonrisa amable de su hermano mayor no lo tranquilizó. Había algo en ella que lo afligía a niveles inimaginables, como el preludio de la desgracia. —Espera aquí, Ad, No hagas ruido. Volveré pronto —dijo, metiéndolo dentro del armario. Afuera, en algún lugar de la casa, se oyeron los angustiosos gritos de su madre y las amenazas de su padre; luego las súplicas de ambos. Un horroroso estallido que fue seguido por otros diez y el gélido silencio, que lo envolvió todo como un manto. Adam negó, sujetando a Ryan del brazo, diciéndole sin palabras cuánto miedo tenía. Lo único que su hermano hizo fue besarlo en la frente, como cada vez que trataba de consolarlo. —Te amo. Volveré pronto. En el fondo de su alma, Adam sabía que él no iba a regresar. Pese a tener ocho años, era inteligente e intuitivo. Ryan no iría por ayuda, él se enfrentaría a los demonios para protegerl
Leer más
CAPÍTULO 1
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Asegurándose la máscara kabuki, con forma de demonio, Adam atravesó el largo pasillo del prostíbulo, sin detenerse. Un lugar, sin dudas, repugnante; lo menos que quería hacer era socializar con las personas que ofrecían sus propios cuerpos como mercancía ni aquellos que los compraban, como si no tuvieran valor. Simples juguetes. Usados. Rotos y reparados tantas veces, que ya carecían de dignidad. Deprimente. Y le recordaba una parte de su pasado que todavía golpeteaba en lo más profundo. Siendo seguido por los miembros de su equipo, él se dirigió hacia la pequeña puerta de metal detrás de la que se ocultaba su próximo objetivo. Pateó una, dos, tres veces, hasta hacer la ceder e ingresó con la misma calma y elegancia de siempre. La adolescente que tenía la cabeza entre las piernas de Farid, el dueño del burdel, se alejó gritando. Completamente asustada y llena de vergüenza. Detrás de Adam, Luciano soltó una risita juguetona, que él ignoró. Con
Leer más
CAPÍTULO 2
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Black Lake. Adam dejó salir el aire por la nariz, con fuerza. No entendía bien el nombre del lugar, no había ningún lago cerca —parecía más bien un desierto—; pero supuso que se debía al hecho de que, más allá de la inexistente agua, era el centro de las actividades ilegales de New Jericho. Desde tráfico de armas y drogas, pasando por la prostitución y terminando en la recién floreciente práctica de la esclavitud. Black Lake hacía parecer a Sodoma y Gomorra un juego de niños. Y qué decir de St Louis. «Cuando piensas que lo has visto todo… ¡Bam! La realidad te golpea como una p**a rabiosa», pensó con burla. A su derecha, Madeleine silbó llevándose uno de sus elásticos rizos castaños detrás de la oreja. Adam la vio de reojo. Ella era bonita: no demasiado alta, de piel acanelada y unos llamativos ojos marrones; pero insoportable e impertinente. Un grano en el culo, si se lo preguntaban. Y estaba incluso más demente que Luciano. Algo favorable e
Leer más
CAPÍTULO 3
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Mientras Madeleine combatía cuerpo a cuerpo con un par de ellos y Luciano disparaba sin siquiera ver a quién o a dónde, Adam corrió hacia el Lobo. Mauricio Navarro era un pelinegro alto y de ojos verdes, que lucía demasiado joven como para ser uno de los peores criminales del país. Cuando estuvieron frente a frente, él se percató de una cosa: llevaba en el dorso de la mano un tatuaje que lo identificaba como miembro de la organización. Él había pertenecido a Aggelos. Eso encendió su ira. ¿Por qué Dean no les dijo nada? No. La pregunta correcta era, ¿por qué el Lobo los había traicionado? ¿Cómo fue que se convirtió en lo que trataba de erradicar? No lo supo. Sin embargo, cuando vio el tormento en sus ojos y la rabia, la locura, Adam entendió que cualquiera podría sucumbir luego de permanecer mucho tiempo rodeado de tanta m****a. Nadie atravesaba el infierno sin quemarse. Ni siquiera él, por muy jodido que estuviera. Y eso, por primera vez en años, le aterró.Leer más
CAPÍTULO 4
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Susanna Rider se quedó helada tan pronto como Adam apareció en la puerta de su apartamento, con una adolescente mugrienta y desnutrida, que seguro estaba llena de liendres. Arrugando la nariz con asco, ella la vio desdeñosa, consiguiendo que la chica se ocultara detrás del cuerpo de Adam. —Dime que no la robaste, por favor. Adam la hizo a un lado e ingresó sin darle una respuesta. Él apestaba a sangre y ella a indigente. Más o menos, ¿qué había sucedido?  Siguiéndolo, Susanna esperó que le dijera algo, no lo hizo. Carraspeó, cruzándose de brazos y con una ceja elevada, viendo a la adolescente sentada sobre su nuevo cojín de terciopelo rosa. «Más le vale compensarme por esto». Abrió la boca para quejarse, Adam levantó la mano haciéndola callar. Él estaba furioso y si ella tenía cerebro no iba a empeorarlo. Nadie quería lidiar con el Colmillo, no al menos cuando parecía poseído por el mismo Satanás… o cuando lo hacía parecer un ángel bondadoso, con su carácter del
Leer más
CAPÍTULO 5
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Adam curvó la comisura del labio en un intento de sonrisa, cuando Amanda Thompson, la directora del orfanato Wilder, lo vio como si le hubiera salido un cuerno en la frente; luego ella dirigió sus pequeños ojos castaños hacia Helena y otra vez a él, buscando respuestas a la pregunta que no se atrevía a formular. La adolescente se encontraba sentada en una esquina, jugando con el teléfono celular de Adam, ajena a la situación. Absorta en su propio mundo, o al menos fingiendo estarlo; aun cuando estaba oyéndolo todo y sintiéndose como un objeto sin valor al que nadie quería. Helena estaba vestida con uno de los suéteres de lana de Susanna y unos pantaloncillos que le quedaban grandes. Adam la miró, por encima del hombro, y recordó la felicidad que hubo en su rostro la noche anterior, cuando él se los entregó junto con un par de botines de cuero, que como todo lo demás, eran demasiado anchos para ella. Aun así, la muchacha se lazó sobre su cuerpo y lo abrazó con tanta f
Leer más
CAPÍTULO 6
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Helena tuvo el peor de los presentimientos tan pronto como los vio. A pesar de que sonreían amables, sus ojos escondían algo horrible a lo que no pudo darle un nombre. Solo fue consciente de que el infierno ardería para ella, como antes de ser liberada por Adam, un mes atrás. Pero, sinceramente, ¿no podía tratarse solo de una jugarreta de su mente alienada por las torturas del Lobo? Tenía cierta lógica: estaba tan acostumbrada a ser tratada como un animal, que creía que todos querían lastimarla. Pero ellos no, ¿verdad? Quiso convencerse de ello. No pudo. Amanda le apretó el hombro para darle ánimos; como Helena no se atrevió a dar un paso hacia sus nuevos padres, ella terminó empujándola. Sin más opciones, la adolescente avanzó tímida, hacia el matrimonio que la esperaba con una inquietante expresión de satisfacción. Desde el inicio, ninguno le había agradado. Pero al estar tan crecida, no tenía muchas opciones. De hecho, los señores Young eran los ún
Leer más
CAPÍTULO 7
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Adam vio hacia el techo, enojado. Con las piernas cruzadas, fumó su cigarrillo esperando que Luciano respondiera a su pregunta.  Luego de más de un mes, él continuaba negándose a volver a trabajar. Resentido como estaba, era completamente normal; pero no todos en Aggelos pensaban de la misma manera. Sobre todo, no Dean, que comenzaba a impacientarse. Temeroso de que fuera a traicionarlos, el líder de la organización lo había enviado para convencerlo; lo cual se traducía en una simple amenaza, envuelta en mentiras y palabras amables. Una completa porquería. Y siendo sincero, Adam no quería tener que hacerlo. Él había sido entrenado, desde los diez años, para suprimir cualquier tipo de emoción. Los sentimientos eran sinónimo de debilidad y ningún miembro de Aggelos podía serlo. Por lo que cada uno se encontraba condicionado para no experimentar nada parecido a la amistad, misericordia o el amor. Sin embargo, el joven Monstruo había roto el reglamento, cuando se en
Leer más
CAPÍTULO 8
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Quería olvidar. No, él necesitaba hacerlo. Con el paso de los años terminó descubriendo que no podía hacer nada más que alejar a los demonios solo por unas horas, cuando estaba tan distraído como para no pensar. Aunque incluso en instantes como este, su mente se empeñaba en hacerle volver una y otra vez al pasado para que viera el horror y llorara. Pero él no lloraba desde hacía poco más de quince años. Quizás porque se había quedado seco o terminó acostumbrándose. Como fuera, la daba exactamente lo mismo a esas alturas. Alargando el brazo, Susanna hundió la mano en su melena oscura mientras su lengua se frotaba juguetonamente contra la de él. Aunque le molestaba ser tirado del cabello por ella, Adam no protestó. Estaba demasiado distraído, con los botones del uniforme de enfermera de Susanna. De todos modos, no quería iniciar una discusión, no ahora, cuando estaban a punto de follar como conejos calientes. Retirándole el vestido blanco, Adam se alejó. Como era de es
Leer más
CAPÍTULO 9
El colmillo del diablo/Rodriguez L
Estuvieron en silencio durante todo el trayecto, a excepción de los instantes en los que él se detenía para preguntarle hacia dónde ir. Sin otras opciones, ella le indicó el camino, diciéndole en qué lugar tenía que girar, y él obedecía sin siquiera verle a la cara. ¿Por qué todo lo que hacía era sufrir y sangrar? Entendía que no era nadie importante, que no merecía nada bueno. Mauricio se lo dijo hasta el cansancio; aun así, una parte de ella se negaba a creerlo. Una parte, más que cualquier cosa, anhelaba volver a los días sencillos en los que era feliz. Realmente, solo quería huir de todo, incluso de sí misma. Adam se estacionó frente a una casa amplia con un hermoso jardín, como Helena se lo indicó. ¿En serio estaba tan habituada a cumplir órdenes que se resignó apenas le habló rudo? Más que nunca, lamentó no haberla asesinado, para liberarla de su desgracia. Ahora, ¿qué haría con ella? Estaba claro que con Amanda no iba a volver; y con el par de bestias que le a
Leer más
Leer más
  • Quiénes somos

    Sobre nosotrosTérminos de usoPolíticas de privacidad
  • Contacto

    ColaboraciónPalabras clave
  • Redes Sociales

    FacebookFacebook grupoinstagram