Por un momento, el mundo alrededor de Helena desapareció, dejándose llevar por las sensaciones de ese beso robado.
Sebastián experimentó un torbellino de sensaciones. Había esperado tanto tiempo para besar a Helena, pero siempre había temido que ella lo rechazara y se alejara de su vida si lo hacía. Sin embargo, la conexión que sentía con ella en ese momento era tan poderosa que no pudo contenerse y no dudó en probar esos labios rosados con los que tantas veces había soñado.
Los labios suaves y cálidos de Sebastián le proporcionaron una sensación reconfortante a Helena, como si finalmente hubiera encontrado un lugar seguro al que pertenecer. Pero, al mismo tiempo, una corriente de miedo recorrió su espalda, recordando todas las heridas del pasado y su temor a entregarse al amor.
El CEO sintió como los labios de Helena y todo su cuerpo se tensaron, haciéndolo volver a la realidad.
Rápidamente se alejó, dándose cuenta de que el beso no había sido deseado por su secretaria.
-Lo siento