—Espera, cariño. Lo siento si mamá está asustada, pero sé que este dolor no durará tanto. Los dolores valen la pena mientras te vea sana y bien. Aguanta y tómate tu tiempo dentro de mí—. Hablé sin dejar de pasearme de un lado a otro.
—¿Qué estás haciendo?
—¡Ahh!— Salté en mi lugar al ser sorprendida por Clark, sus cejas tocándose mientras me miraba como si fuera una lunática o lo que fuera. —¡No me asustes así!
La cara de Clark seguía siendo la misma.
—¿Por qué caminas de un lado a otro? Podrías cansarte— entró y me empujó suavemente para que me sentara en el borde de la cama. —¿Y a qué viene esa cara? No quiero ver esa mirada asustada nunca. ¿Qué te pasa, cariño?—.
Me froté la nuca y me mordí el labio inferior. —¿Miedo? No, sólo estoy pensando en el bebé y esas cosas.
Clark no estaba satisfecho con mi respuesta.
—Tienes miedo.
Cielos, esta es la peor parte cuando me hace una pregunta. Me lee como a un libro.
—¿Qué? Claro que no—. Le doy una palmada juguetona en el hombro, pero su c