—Estás llena de misterios, Sheyla. Por eso siempre me emociono cuando estoy contigo—. Clark susurra profundamente mientras su mano izquierda se arrastra hasta mi cuello y me masajea la nuca.
Sigo sin saber qué decir. Como si hubiera algo que me bloquea la voz y no puedo hablar.
¿No puedes hablar o no sabes qué decir?
Después de un minuto de silencio, Clark es el primero que se separa y me pellizca la mejilla.
—Ese fue un lindo beso—. Susurró, su tono tiene un pequeño toque de burla en él como y se levanta y pasos hacia algún lugar dentro de la casa.
Las horas pasaron rápidamente y pasé todo el día con Clark.
Al día siguiente, Clark y yo nos preparamos para irnos. Sólo llevamos unas pocas maletas con nosotros porque él dijo que cogeríamos las cosas que necesitáramos cuando llegáramos allí.
Un jet privado viene a recogernos al helipuerto, a pocos minutos en coche de la casa de Clark.
El jet privado es como el de papá y me recuerda un poco a mi familia.
No puedo ocultar que los echo de m