— ¿Estás completamente seguro de que esto es lo que debo hacer? — pregunté, con un tono de voz lleno de dudas.
— Es la única opción que tienes en este momento.
— Pero, ¿qué sucede si me equivoco? ¿Y si esto me lleva a la muerte? — inquirí, evidenciando mi creciente angustia.
— A veces es necesario asumir riesgos en la vida.
— ¿Quieres decir que no estás seguro de que sea lo correcto? — exclamé con irritación — Andrey tenía razón, solo buscas enloquecerme.
El cuervo, quien seguía posado al borde de la azotea, soltó una risa desenfrenada, burlándose de mis pensamientos y decisiones. Sentí una mezcla de indignación y frustración recorriendo mi ser, pero no permitiría que aquella tentación momentánea y esa locura transitoria me hundieran más aún.
Tomé una respiración profunda, sintiendo el aire fresco llenar mis pulmones mientras trataba de calmar mi mente turbada. Con paso firme comencé a caminar hacia el centro de la azotea, dejando atrás la mirada burlona del cuervo. Alejándome de la t