—Cuando te lleves con los demás, ten más cuidado con todo, y siempre puedes llamarme si pasa algo.— Gabriela fue a la recepción de la cafetería y pidió un papel, anotó su número de teléfono y se lo entregó.
Aurora la miró y no lo cogió: —Habías dicho que podía irme a casa con Alfredo, ¿Y por qué dices que tengo que tener cuidado? ¿No se trata de ser honesto con los demás?
Gabriela estaba a punto de decir algo cuando Aurora ya estuvo en el coche y se marchó.
Se quedó inmóvil y miró el coche.
Percibió que Aurora estaba enfadada.
Pero no entendía por qué Aurora estaba enfadada.
¿Fue porque perdió la memoria y y su temperamento cambió?
Gabriela sacudió la cabeza para evitar que pensara demasidado.
Pagó el café y volvió a casa en taxi.
En casa, Yolanda tuvo al bebé en brazos y Gemio estaba en su regazo, mirando a su hermanito.
Gabriela entró y vio un collar en el cuello de Yolanda.
Recordaba haber visto a su madre llevarlo cuando era niña.
—Mamá, este collar tuyo me resulta familiar.— Se se