Capítulo 1027
Rodrigo respondió con indiferencia, sin expresión alguna en su rostro, solo dijo: —Un regalo de boda —y luego subió al coche.

Felipe, sonriendo alegremente, los despidió a todos antes de volver con Estela.

Estela echó un vistazo al coche aparcado en el asiento trasero.

Preguntó: —¿Qué hay dentro?

Felipe respondió honestamente: —No lo sé.

Estela se quedó sin palabras.

—¿Ni siquiera tú sabes? —Estela se volvió aún más curiosa.

Felipe dijo: —Aún no lo he abierto, por supuesto que no sé.

Mientras hablaba, le recordó: —Concéntrate en conducir.

Estela puso una mueca hacia él: —Lo sé.

Ellos solían vivir juntos con Simón, pero después de salir del restaurante, Simón se fue en su propio coche, separándose de ellos.

En aquel momento, vivían juntos porque Estela quería cuidar de las heridas de Felipe. De todos modos, su casa no era pequeña, y no sería un problema para Felipe mudarse. Además, no quería que Simón estuviera solo en casa, temiendo que se sintiera solitario.

Cuando regresaron a casa e
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo