—¿Acaso es solo un traje? —Alfredo bajó su brazo. —¿La ropa es más importante que yo?

Felipe dijo: —Por supuesto que la ropa es importante.

Alfredo se quedó sin palabras.

Dio la vuelta para irse.

Felipe se apresuró a alcanzarlo: —Era una broma, ¿te lo tomaste en serio?

Alfredo soltó un resoplido frío: —Podría entender que dijeras que no soy tan importante como tu novia, pero decir que no soy tan importante como tu ropa, eso sí que nos llevaría a romper nuestra amistad.—

Felipe dijo con una sonrisa: —¿Tan susceptible?

—Tú eres el susceptible —Alfredo lo miró fijamente.

Los dos continuaron bromeando hasta que llegaron al salón lleno de gente, donde ambos automáticamente se callaron y pusieron una sonrisa entusiasta en sus rostros.

La velocidad con la que cambiaron de actitud fue impresionante.

Como el protagonista del día, Felipe definitivamente atraía muchas miradas.

Simón, con sus muchos años aquí, conocía a mucha gente.

Muchos de ellos vinieron hoy.

Simón también estaba entusiasmado p